Carmen y Elena ©Javier Calvo-Beatriz Rodríguez |
Tiene mucha suerte y lo sabe. Ella misma se encarga de recordárselo todos los días. Su marido, sus padres y sus suegros -sin olvidar su propio esfuerzo- hacen posible que pueda conciliar sus vidas profesional y familiar. Además, como el negocio ya funcionaba cuando ella nació, pues pudo dedicar bastante tiempo a formarse y trabajar en muy buenos sitios. Luego, volvió a casa y siguió creciendo junto al gran Arzak. Su padre le ha dicho: "si sigo todavía aquí es por ti". Y sí, Elena tiene mucha suerte porque, sobre todo, a ella le gusta la cocina y vale. Los "hijos de" nacen con un pan debajo del brazo, pero lo demás deben ganárselo. Y, para triunfar, además de sudar la chaquetilla, "tener ángel". Y ella lo tiene.
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