Nido de paloma turca © Carmen. Teléfono móvil
Es tiempo de preparar la tierra ¡para disfrutar, más tarde, de nuestros famosos tomates de Baztan! Abono de caballo y, a darle vuelta con la mula mecánica.
Hace unas semanas, limpiamos el pequeño pozo-estanque. El agua estaba muy turbia, llena de hojas secas en descomposición (puag!). Con el "dragado" y las lluvias, se ha renovado y la vida ha vuelto en forma de zapateros (los insectos, eh?). Luego, esperemos, que lo hagan también las ranas y los lagartos.
Al lado, hay dos avellanos que se portan siempre muy bien aunque sean también los culpables de estancar el agua con sus hojas en otoño. Así que les he descargado de lastre, quitando la hiedra que les estaba asfixiando.
En esto,... un plumón -¡qué raro!-.
Miro por encima y hay un nido. ¡Sí, una turca ha puesto dos huevos! Vamos a dejar a la parejita tranquila, aunque, además de ser plaga, luego, nos devoren la cosecha. La vida llama a la puerta todos los días.
*Última hora: Una pareja de milanos (Milán, ciudad próxima a Turquía), que también frecuentan nuestras instalaciones, ha decidido que los turcos y su proyecto de polluelos formen parte de su menú de Pascua. Dicho y hecho. Aquí tenemos las imágenes más actuales.
Como decía, la vida llama a la puerta todos los días. Los milanos también están criando, se entiende. Y, junto con las ranas y los lagartos, nos ayudan a limpiar nuestro huerto de topillos e insectos. Ley natural.
Nosotros, de momento, ya hemos empezado a sembrar: lechuga, remolacha, achicoria, puerro de invierno y cebolla. ¡En 15 días, las primeras lechugas!
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