Carro de supermercado en San Fermín © Xavier Landa/gourmet-image
Marca blanca: ¡Tranquilidad!. No se trata de un nuevo melanoma maligno. Si no, más bien, de todo lo contrario.
Las grandes marcas renuncian a figurar en los packagins de sus productos, a cambio de que una gran distribuidora(cadenas de hiper o supermercados) las ampare. Se ahorran la publicidad, se garantizan un fuerte volúmen de pedido y, lo más importante, ahorran a los consumidores finales hasta un 40 % sobre el precio final y siguen ofreciendo la misma calidad.
Primera conclusión, la pugna por conseguir destacar entre la dura competencia del libre mercado supone al consumidor hasta un 40% del precio del producto.
Las grandes marcas renuncian a figurar en los packagins de sus productos, a cambio de que una gran distribuidora(cadenas de hiper o supermercados) las ampare. Se ahorran la publicidad, se garantizan un fuerte volúmen de pedido y, lo más importante, ahorran a los consumidores finales hasta un 40 % sobre el precio final y siguen ofreciendo la misma calidad.
Primera conclusión, la pugna por conseguir destacar entre la dura competencia del libre mercado supone al consumidor hasta un 40% del precio del producto.
Las marcas blancas han conseguido gran aceptación en conservas, lácteos y congelados. Y, en diez años, su penetración ha subido un 20%.
Pero..., tampoco se libran de las subidas de precios. Y aunque, dos meses más tarde, han acabado subiendo, un 18% de media.
Segunda conclusión, que no nos libramos, vamos.
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