De lienzos y manteles

Hermanas © Carmen García Romero/gourmet-image

Se acabó agosto y con él, una pequeña licencia que tenía algunas mañanas, la de aprender a pintar con unos locos de las brochas y las espátulas por el valle de Baztan. El sitio lo pide. Como lo suyo son los paisajes, pues abandoné la intimidad del retrato para aventurarme más allá de la puerta de nuestro estudio. Entre lo mejor de la experiencia, dada mi inexperiencia, donde más cómoda me he encontrado, en los momentos de mantel que precedían a ¡todas! las sesiones. Sandro, uno de los compañeros, me decía que alrededor de la mesa se liman las diferencias. Entonces, me acordé de algún verso de mi oda al mantel. Pero, mejor que la transcriba otra vez, enterita. ¡Que aproveche!

Bandera de alto el fuego digestivo.
Tan pronto ondeas,
se entona el himno de la tertulia.

El ajuar mejor guardado.
En estantes con lavanda,
venerado.

En menús de chichinabo,
por quemaduras de colillas y manchas varias,
ultrajado.

El pan compartes
con amigo y enemigo.
A todos arropas:
al apátrida, al patriota.

Cómplice de tratos y de amores.
Mantilla y mortaja urgente.
Capote de solitarios.
Caricia silente.

¡Buen provecho, merecido!.
En tu nombre, salutem, salud, osasuna!