sábado, 1 de septiembre de 2007
Depredadores versus micólogos
Recién desempolvados de los trasteros, cestos de castaño, bastones y navajas salen ahora, de madrugada, legañosos, de los maleteros de los coches. ¡Qué bien, excursión por el campo!. ¡No dejéis ningún helecho sin remover!. ¡Seguro que se nos escapa alguna. Y se la queda los que vienen detrás pisándonos el rastro! Quinientos kilos pillamos el año pasado. Cinco veces subimos aquella mañana.
Hoy, pagan justos por pecadores.
El bosque quedó arrasado. Era tanto lo que había que la codicia cegó a más de uno. No se cortaba, se arrancaba. Y lo que no querían lo pisaban. Los coches se aparcaban sobre plazas de minusválidos, vados, en mitad de caminos. Como si fuera el fin del mundo. Como si nuestra vida dependiera de ello. Había que aprovechar hasta la última. Que no quede nada.
Tenemos fotos de setas y hongos, tenemos imágenes de deliciosas recetas micológicas y de respetuosos recolectores. Pero, sobre todo, tenemos cuidado. Ustedes, igual. ¿vale?.
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