jueves, 4 de octubre de 2007

¡Chaquetillas y batas blancas al ataque!

Enrique Martínez (Maher) y Carlos González (CNTA) © Xavier Landa/gourmet-image

Decían que la Política hace extrañas compañías. Lo de la Medicina y la Investigación con la Cocina profesional ha empezado a dar que hablar. Tras el Congreso Vive las Verduras, que confirmó relaciones entre Ciencia Alimentaria y cociner@s, llegó a Pamplona el II Congreso Internacional de Gastronomía. Este año, dedicado a la Gastronomía y la Salud. Y, por lo que se quedó en el tintero, parece que se convertirá en el tema también de la III edición, si no pasa a ser el tema de todas ellas.

Las Escuelas Superiores de Cocina, la FP, y el autodidactismo, pueblan las cocinas de los restaurantes. Las mismas, donde, entre vapores, calores y prisas, se despachan las comandas hacia el comedor, envueltas en buenos deseos y mucho esfuerzo. Lo normal. Al otro lado, está la clientela, con su particular educación gastronómica, sus traumas infantiles... Pero, sobre todo, sus circunstancias alimentarias (nadie es perfecto): obesos, hipertensos, diabéticos, celíacos, intolerantes, alérgicos... ¡Un hospital de campaña en el comedor!.

Y ¿qué hacer ante todo esto?. Pese a que la Nouvelle Cuissine abrió la brecha. Algunos cocineros dicen que bastante tienen con encajar la carta con los precios de unas materias primas por las nubes, idear unos platos actuales y atractivos y luego, cocinarlos y despacharlos a toda máquina. Total: diez horitas de nada, todos los días con sus fines de semana. Pero, aún así, hay interés por esa otra calidad que es la Salud.

¡Que la verdad nos guíe!.

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