lunes, 28 de mayo de 2012
"Estar en la higuera"
Sí, es cierto: bajo la higuera, mirando hacia el cielo, te sientes en otro mundo, muy lejos de las cosas urgentes e importantes. Aunque la luz merme, prefiero la llegada del otoño de viento Sur que almibara los primeros higos a la del verano que lo quema todo.
Las trepadoras, en esta huerta nuestra tan anárquica, intentan axfisiarla. Pero ella se resiste y todos los años regala dulzor sin esperar nada a cambio. Después de liberarla de todas ellas, me acerco con admiración y respeto.
Hojas ásperas y frutos de terciopelo. Bajo su sombra y con la espalda apoyada en su tronco, hago un primer reconocimiento. Este año, ha sido muy generosa. Además, los pájaros y yo tenemos un pacto que, de momento, estamos respetando, -mitad para ellos, mitad para casa-. Todavía quedan muchos por madurar. Así que escojo a contraluz los higos de los que cuelga una gota de almíbar. Y... una sorpresa, ¡he encontrado dos pares de siameses!
Cuando hacía las "clafoutís" para el restaurante, entraba y salía de la huerta a toda prisa. Ahora, la fruta es sólo para casa y me tomo mi tiempo. Y, a la vez, respeto el suyo, tan fecundo y generoso. Tan sostenible.
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Pruébalos rellenos de chocolate y recubiertos de cobertura, y verás que ricos están...
ResponderEliminar¡Maestros del chocolate de Elizondo!Viniendo de quien viene, será un placer.
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